HISTORIA DE TRANSINSA

Podría decirse que la familia Transinsa que hoy día existe ha llegado a ser quien es debido a la casualidad o la suerte, aunque no se puede negar que las distintas circunstancias que nos han hecho llegar hasta aquí han derivado a una tremenda pasión y vocación por nuestro trabajo. Transinsa es el resultado de la unión de distintas familias que allá por los años 70 y 80 y con carreras laborales dispares vieron en el transporte sanitario una oportunidad de crecer.

Así ocurrió con Antonio Ordás, quien antes de cumplir los 40 años y tras una larga experiencia como minero en su tierra natal, Cangas del Narcea, se retira y compra su primera ambulancia, con la que realizaría los primeros traslados de pacientes desde su concejo hasta la capital.

También minero, aunque con una larga experiencia como taxista, Argentino Paniceres, Gento, viajó el 6 de diciembre de 1978 junto con su mujer Araceli y sus hijos Ángel y Carlos a Játiva, donde adquirirían su primera ambulancia: una Seat ranchera. Sería en este momento donde Araceli pasaría a la historia como la primera mujer ambulanciera, capaz de compaginar la crianza de sus hijos y el trabajo en casa con el traslado de pacientes.

Tanto Antonio como Gento y Araceli apostaron por un nuevo negocio. Emprendedores ya en su época, sentaron en Asturias los cimientos de una profesión que ha evolucionado y profesionalizado tremendamente con el paso de los años.

“Ambulanciero”. Esa era la palabra con la que comenzaron a trabajar tanto ellos como Ramón Álvarez. Apasionado tanto de los coches como de la conducción, no dudó un solo instante en aceptar, en 1967, la oferta de trabajo del Hospital de Caridad, actual Hospital de Jove: ser conductor de ambulancias. Otra oportunidad en el camino de este hombre que, con visión, fue capaz de ver la demanda y se aventuró también a adquirir una ambulancia.

Lo mismo hizo Luis Mario Campos, quien compaginaba su trabajo como ambulanciero con el de conductor de autobuses en Emtusa. Cuentan de él que su trabajo era su vida, que ponía pasión en todo lo que hacía. Y su mayor pasión era el transporte sanitario. Gerente de la UTE anterior a la formación de Transinsa, dio la vida por esta casa.

La visión de negocio por parte de estas familias fue imprescindible. Como la que tuvo José Antonio Iglesias a finales de los años 60. Ebanista de profesión, se dedicaba entre otras cosas a realizar ataúdes por encargo. En 1965 adquirió su primer coche fúnebre. Fue ágil al fijarse en las distintas necesidades que en el occidente estaban sin cubrir, una de ellas, el transporte sanitario de pacientes. Por supuesto, no le faltó tiempo para comprar su primera ambulancia.

Historias de distintas familias con vidas muy similares. Familias completas entregadas a una profesión emergente, con el sonido de las emisoras y sirenas como banda sonora propia. Caminos que con el tiempo se unieron hasta dar lugar a quienes somos ahora. Seis nombres imprescindibles que nos definen.

El nacimiento de Transinsa tiene una fecha: abril de 2004. Un proyecto empresarial dirigido por la segunda generación de unas familias que llenas de ilusión comenzaron su andadura en el mundo de las ambulancias y acabaron enamorándose de su trabajo.

Estas son historias de más de 50 años que han sido y serán los cimientos y la razón de ser de nuestro trabajo. Antes, ambulancieros, hoy, Técnicos en Emergencias Sanitarias. Pero, sin duda, la misma pasión, ganas de crecer y compromiso.

Araceli, la primer mujer
ambulanciera: madre, ama
de casa y conductora.

Familias completas
entregadas a una profesión
emergente, con el sonido
de las emisoras y sirenas
como banda sonora propia.